La bioeconomía es un sector en constante crecimiento y que está atrayendo cada vez más atención entre académicos y hacedores de política. En base al desarrollo de productos y procesos basados en la biomasa; tiene el enorme potencial de abordar muchos de los mayores desafíos que enfrenta la economía global, asociados a la degradación ambiental y el cambio climático. Gracias a su abundante dotación de recursos inicial y a que son un reservorio de biodiversidad, los países de América Latina y el Caribe están bien posicionados para aprovechar las oportunidades de esta nueva actividad y son una plataforma mundial de producción de biomasa. Además, tienen una tradición de manejo de recursos naturales (RRNN) y un significativo desarrollo científico e institucional asociado a los mismos. Sin embargo, si comparamos los esfuerzos que está haciendo la región para el desarrollo de la bioeconomía con los esfuerzos que realizan otros países resulta evidente que su potencial puede ser desaprovechado.
La bioeconomía está atrayendo creciente atención no solo en los ámbitos académicos, sino también en los de política. Se espera que este sector crezca cada vez más en los próximos años y se vuelva central para un conjunto de otros sectores de la economía que están sufriendo importantes desafíos, fundamentalmente, por presiones sobre el medio ambiente. Un ejemplo claro es el de energía.
La bioeconomía se define como “la conversión de la biomasa, para una gama de alimentos, salud, fibra otros productos industriales y energía. Biomasa renovable abarca cualquier material biológico para ser utilizado como materia prima.” (Schmid, et al 2012)
Dos cambios importantes explican este creciente interés en el sector.
En primer lugar, hay una necesidad cada vez mayor de desarrollo de tecnologías, procesos y productos “limpios”, i.e. que no produzcan daños ambientales:
- Para poder satisfacer la creciente demanda de alimentos es necesario aumentar la producción de granos minimizando los costos en términos de bosque, agua y suelo y de presiones sobre el calentamiento global, entre otros. Para cumplir con este objetivo, las esperanzas están depositadas en los progresos biológicos aplicados a la producción de recursos renovables.
- Las matrices energéticas actuales tienen como pilar a los combustibles fósiles que se utilizan principalmente para producir combustibles y como fuente de energía y materia prima de la industria petroquímica; un posible reemplazante de los combustibles fósiles son los biocombustibles de origen vegetal.
- La no degradabilidad de una amplia gama de productos derivados de la petroquímica generan desequilibrios ambientales mediante el consumo de bienes no renovables y la generación de basura. La solución a este problema puede ser el desarrollo de materiales biodegradables, a través de la provisión de biomasa. Gracias a la biodiversidad y la posterior transformación de la biomasa en insumos para la industria química; es posible, por ejemplo, transformar desechos industriales en subproductos industriales o en energía mediante organismos vivos.
En segundo lugar, importantes avances en las bases de conocimiento están creando nuevas oportunidades para el desarrollo de productos y procesos que incorporen estos desafíos en base a nuevos conocimientos basados en la biología y las ciencias de los nuevos materiales. Un ejemplo claro es el desarrollo de procesos mineros basados en la bio-lixiviación, los cuales sirven para extraer materiales como el cobre que no pueden ser extraídos por métodos convencionales y que no contaminan.
2010 - 2012
2010-2012
Los países de América Latina y el Caribe parecen tener una oportunidad histórica para aprovechar el potencial de crecimiento de este sector, ya que son un reservorio de biodiversidad y gracias a su abundante dotación inicial, también son una plataforma mundial de producción de biomasa. Todos los países de la región han experimentado un crecimiento tanto en el sector biotecnológico como en la producción de biomasa; sin embargo, debe realizarse un esfuerzo mucho mayor para aprovechar todas las oportunidades que se están abriendo con la bioeconomía.
2010 - 2012
2010-2012
La comparación con otros países (Visualización), muestra las enormes diferencias entre el líder, EE.UU., y nuestra región. Entre 2010 y 2013, EE.UU. registró casi 7000 firmas biotecnológicas; mientras que México, Brasil, Chile, Argentina y Colombia juntos no llegaron ni a 1000 firmas. Si se analiza la participación por país en las patentes de biotecnología registradas bajo PCT [1], entre 2010 y 2012: Brasil, Argentina, Chile y México representan menos del 1% del total, mientras que EE.UU. representa casi el 41%. Entre 2011 y 2012, los gastos del sector privado en I+D en biotecnología fueron de 26 mil millones de dólares en EE.UU.; mientras que en México y Argentina fueron de 88 y 80 millones de dólares respectivamente. Por último, Argentina, Brasil, México y Colombia poseen casi 30 mil investigadores en biotecnología; EE.UU. posee 100 mil.
La bioeconomía ha comenzado a mostrar fuertes señales de su potencialidad como actividad impulsora del nuevo paradigma tecnológico. América Latina y el Caribe, poseen las condiciones necesarias para desempeñar un rol importante en el nuevo esquema que se configure. Resulta prioritario que los gobiernos de la región tomen las medidas adecuadas para guiar las acciones en la dirección correcta y de esta forma poder aprovechar todas las oportunidades que la bioeconomía puede ofrecer.
[1] Patent Cooperation Treaty, por sus cifras en inglés (Tratado de Cooperación en materia de Patentes).