Desde 2003 hasta comienzos de la presente década, los países de América Latina exportadores netos de materias primas tuvieron una fuerte mejora en los términos de intercambio, con una interrupción en 2008-2009 derivada de la crisis internacional. Esta mejora fue un factor fundamental para el crecimiento de la región, ya que significó tanto un mayor poder de compra de las exportaciones como mayores recursos fiscales. Los países más favorecidos fueron los exportadores de combustibles y minerales y metales, mientras que los perjudicados fueron los de América Central, importadores de hidrocarburos. La caída en los términos de intercambio en 2013 y 2014 ha derivado en un empeoramiento del clima macroeconómico, y señala la necesidad de adoptar políticas de diversificación de las fuentes de crecimiento y mecanismos de estabilización que fomenten comportamientos fiscales prudentes en las épocas de auge y que ayuden a ahorrar para los períodos difíciles.
A partir de 2003 se registró una fase de crecimiento en el ciclo de precios de las materias primas[1] en los mercados internacionales. Ello impulsó la bonanza experimentada por América Latina, a través de una mejora significativa en los términos de intercambio (TOT, por sus siglas en inglés) [2] para una parte de los países de la región, principalmente los exportadores netos de metales, minerales, hidrocarburos y materias primas agrícolas.
¿Por qué son importantes los términos del intercambio? Este indicador muestra la relación entre el precio de las exportaciones y el de las importaciones. Por lo tanto, una mejora en los términos de intercambio equivale a un mayor poder adquisitivo de las exportaciones. Es decir, por cada dólar de ventas externas se puede comprar una cantidad mayor de bienes importados, tales como bienes de capital, componentes e insumos para la inversión y la producción. En este sentido, una mejora en los términos de intercambio puede contribuir al desarrollo productivo de los países.
Entre 2002 y 2011 América Latina tuvo una mejora de 52% en sus TOT, con diferencias entre las subregiones.
En primer lugar, América del Sur fue la subregión con mayor suba en sus TOT. Dado que los combustibles fueron los productos básicos con el mayor aumento de precios, los países más beneficiados fueron los especializados en la exportación de hidrocarburos: Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela. En la visualización central se observa que en 2012 se alcanzó el máximo de los TOT para este grupo de países: eran 118% superiores a los de 2002. Para los países exportadores de minerales y metales como Chile y Perú, los TOT eran 116% mayores en 2010 respecto de 2002. Las economías cuyas exportaciones se concentran en productos agropecuarios, como las fundadoras del MERCOSUR (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) experimentaron ganancias levemente menores y en 2011 los TOT eran 69% mayores que en 2002.
En segundo lugar, México vio mejorados sus TOT en 18% debido a su capacidad exportadora de petróleo crudo y refinado.
En tercer lugar, para América Central la mejora en los TOT fue mucho menor: en 2011, apenas se encontraban 4% por encima de 2002. Esto se debe a que los países de la subregión tienen una marcada dependencia a la importación de combustibles.
Debe resaltarse que los países especializados en la exportación de bienes primarios sufren una mayor volatilidad de sus TOT que aquellos que exportan otro tipo de mercancías. Es más, dicha volatilidad incluso se observa durante los períodos de bonanza: en América del Sur fue superior a la promedio mundial entre 2000 y 2013 (salvo en los casos de Paraguay y Uruguay). En consecuencia, los países de la región tienen mayores probabilidades de experimentar shocks externos negativos, lo cual afecta negativamente el potencial de crecimiento de sus economías.
En paralelo a la desaceleración en los precios de las commodities en el período más reciente y su caída en el segundo semestre de 2014, los TOT de Sudamérica y México se redujeron respecto de los máximos previos, mientras que en Centroamérica se mantuvieron sin cambios significativos.
Los países especializados en minerales y metales tuvieron en 2014 TOT 20% menores al máximo de 2010, debido a las fuertes contracciones del precio del mineral de hierro (-28%) y el mineral de cobre (-9% entre julio y diciembre de 2014). Por su parte, la caída del precio de petróleo de 43% en el segundo semestre del año perjudicó a los exportadores de combustibles y energía: sus TOT eran en 2014 19% inferiores al máximo de 2012. En el caso de México la reducción fue de 9% en el mismo período. Los países exportadores de bienes agrícolas, vieron reducidos en 12% sus TOT desde los máximos previos, principalmente la contracción del precio de la soja (-18% entre julio y diciembre de 2014). Los países centroamericanos se vieron beneficiados por la reducción del precio del petróleo, pero dicha mejora fue compensada por la caída del precio del café, exportado por la región, resultando en TOT más estables en el período más reciente.
2002-2014
2002-2014
2002-2014
No está claro cómo evolucionarán los términos de intercambio de la región en los próximos años, pero seguro dependerá de los movimientos de precios de los bienes que exporta, mientras que los de las importaciones tienden a ser más estables. En cualquier caso, si los términos de intercambio no recuperan los niveles de años previos, o si continúan cayendo, las presiones en el frente externo serán más fuertes. Esto obligará, en la búsqueda de un desempeño macroeconómico estable, a que los países de América Latina promuevan con más vigor la diversificación y mejora de la competitividad de sus estructuras productivas y exportadoras, por la vía de una mayor inversión en capital físico y humano, así como en actividades de innovación y en infraestructura, junto con la adopción de políticas específicas tendientes a resolver fallas de mercado y de coordinación que pueden afectar los objetivos mencionados. No obstante, ello ocurrirá en un contexto de menor disponibilidad de recursos fiscales que en el pasado reciente.
Pero incluso si los términos de intercambio se recuperan, se hace evidente la necesidad de aprender del pasado y de la experiencia internacional, y avanzar en la diversificación de las fuentes de crecimiento de las economías de la región, de modo de reducir su vulnerabilidad y elevar su potencial de desarrollo a largo plazo. Asimismo, ante la renovada evidencia de que los precios de los commodities son fluctuantes, resulta necesario pensar en mecanismos que permitan ahorrar para los tiempos difíciles y ayuden a mantener comportamientos fiscales prudentes en las épocas de bonanza, por ejemplo a través de la creación de fondos de estabilización, como los que existen en varios países que exportan recursos naturales (de los cuáles solo hay un caso en América Latina: el Fondo de Estabilización Económica y Social, heredero del Fondo de Estabilización de los Ingresos del Cobre, en Chile). La difusión de este tipo de mecanismos ayudaría a que la región enfrente en mejores condiciones la volatilidad de los términos de intercambio, que se traduce en fluctuaciones económicas que no sólo generan recesiones o crisis, sino que disminuyen el potencial de crecimiento de sus economías.
[1] Véase visualización llamada “¿Un elástico en retracción?”
[2] Terms of Trade.