En los países ricos en recursos naturales es posible promover el desarrollo productivo por diversas vías: mediante el procesamiento y/o diferenciación dichos recursos, así como a través de la producción de bienes y servicios relacionados, especialmente aquellos basados en conocimiento.
Habitualmente se sostiene que el camino hacia el desarrollo económico en los países ricos en recursos naturales es necesario avanzar en las cadenas de valor, sustituyendo las exportaciones de commodities por productos procesados y/o diferenciados.
Algunos trabajos académicos recientes señalan que existe una asociación entre “calidad” de las canastas exportadoras (medidas por precios unitarios de los bienes vendidos) y niveles de ingreso per cápita. Si bien el precio unitario es una herramienta útil como aproximación de la calidad, tiene algunas limitaciones: las diferencias de precios entre países pueden explicarse por las estrategias de precios de los productores, las estructuras de mercado, entre otros factores relevantes.
La visualización adjunta ilustra los casos de dos cadenas de valor basadas en recursos naturales: la de lácteos en Argentina y Uruguay y la del cobre en Chile y Perú. Debe destacarse que estos países son productores y exportadores relevantes a nivel global en estos productos. En ambos casos se comparan los precios medios y el nivel de procesamiento de sus exportaciones con las de otros jugadores relevantes en esas cadenas (Australia y Nueva Zelanda en la láctea y Australia, Canadá y China en la del cobre).
En el caso lácteo no hay grandes diferencias en nivel de procesamiento de las exportaciones (en los cuatro países 90% o más de las ventas corresponden a derivados de la leche líquida, como leche en polvo, manteca, quesos, etc.). Los precios promedio de las exportaciones del sector de estos cuatro países superan al promedio mundial y son similares entre sí (entre 10 y 25% por encima de aquel promedio).
En cambio, en el caso del cobre, Chile, Perú y Australia exportan casi solamente mineral de cobre, o cobre sin refinar o refinado. En contraste, en Canadá, y especialmente de China, la mayor parte de las ventas externas corresponde a manufacturas de cobre. No obstante, los precios promedio de esas ventas de manufacturas están, en los cinco casos, algo por debajo del promedio mundial, y son también parecidos entre sí.
¿Y qué sucede con las exportaciones de productos tropicales? En el cuadro siguiente se comparan los diez mayores exportadores de cacao y café en grano, contra los diez mayores exportadores de chocolate y café con distintos grados de procesamiento. Allí se observa que los principales países productores de materias primas no son los mayores exportadores de los bienes procesados con ellas, salvo Brasil en el caso del café (la aparición de Alemania como exportador de café en grano o de Bélgica o los Países Bajos en cacao obedece sin dudas a actividades de reexportación).
Diez mayores exportadores mundiales, cadenas del café y el cacao
Café en grano | Café procesado | Cacao | Chocolate |
Brasil | Suiza | Costa de Marfil | Alemania |
Vietnam | Alemania | Nigeria | Bélgica |
Colombia | Italia | Ghana | Países Bajos |
Indonesia | Estados Unidos | Países Bajos | Italia |
Etiopía | Francia | Indonesia | Francia |
Guatemala | Brasil | Ecuador | Estados Unidos |
Perú | Reino Unido | Bélgica | Polonia |
Alemania | Holanda | República Dominicana | Canadá |
India | Polonia | Estonia | Reino Unido |
Uganda | Bélgica | Malasia | Suiza |
En conclusión, las posibilidades de avance en materia de niveles de diferenciación y procesamiento en las cadenas basadas en recursos naturales varían considerablemente de un caso a otro y también es heterogéneo el posicionamiento de los países de América Latina y el Caribe en dichas cadenas.
Lo que estos datos no muestran, sin embargo, es que hay otras maneras de “agregar valor” a los recursos naturales que no pasan necesariamente por vender bienes con mayor grado de procesamiento sino, por ejemplo, mediante el desarrollo de proveedores de bienes y servicios intensivos en conocimiento relacionados con los recursos naturales. Por ejemplo, aunque Australia exporta relativamente pocas manufacturas de cobre, más del 60% del software utilizado por la minería mundial es provisto por compañías de aquel país y sus exportaciones de servicios y tecnología para la minería superan US$ 3 mil millones anuales.
En el actual escenario caracterizado por la fragmentación productiva[1] y el creciente rol de los servicios en las cadenas de valor[2], promover el desarrollo de actividades de procesamiento de los recursos naturales no es el único modo de agregar valor. Un camino alternativo o complementario, según los casos, es estimular, en las respectivas cadenas, el desarrollo de funciones y tareas basadas en el conocimiento y que generen encadenamientos locales. Para esto hacen falta políticas específicas, y una sólida base de capital humano, infraestructura e innovación.
[1] Ver visualización “Fábricas Sincronizadas”
[2] Ver visualización “Exportando Conocimientos”