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Los impactos de los costos de transporte sobre las exportaciones en América Latina y el Caribe

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Los impactos de los costos de transporte sobre las exportaciones en América Latina y el Caribe

La visualización muestra la relación entre las exportaciones de los estados (o unidad administrativa equivalente) en un dado año y el costo de transporte ad valoren para exportar de cada estado. Los datos para Brasil son para 2010; Colombia, 2006; Chile, 2008; Perú, 2010 y México, 2010.

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El desafío de tener que recorrer largos y costosos trayectos para comercializar sus productos es una realidad que confrontan la mayoría de las empresas localizadas en regiones apartadas de las principales aglomeraciones urbanas y puertos en los países de la región.

Los costos de transporte en América Latina y el Caribe tienen mayor impacto sobre el comercio exterior, y en particular sobre el comercio intra-regional, que los aranceles. Estos es producto tanto de deficiencias en la infraestructura como de la falta de armonización de reglas y normativas. Estas conclusiones surgen del estudio “Muy Lejos para Exportar” que el Banco Interamericano de Desarrollo publicó en 2013, sobre los casos de Brasil, Chile, Colombia, México y Perú.

Los resultados de la investigación muestran que más allá de los costos de transporte internacionales, los internos también tienen un impacto fuertemente negativo, en particular en las regiones periféricas que muchas veces son las más pobres. El estudio comprueba, en primer lugar, que las exportaciones están altamente concentradas en pocas regiones dentro de cada país, y también en pocas empresas: solo unas pocas empresas ubicadas en zonas ricas y relativamente pequeñas de cada país logran exportar. En segundo lugar, los datos sugieren que los altos niveles de concentración se encuentran inversamente correlacionados con los costos internos de transporte: las áreas donde los costos son mayores son aquellas que tienen menor participación en las ventas externas de los respectivos países.

La relación inversa entre exportaciones y costos internos de transporte indica que las políticas diseñadas para reducir estos últimos pueden tener un impacto significativo. Colombia surge como el país que más se beneficiaría de las mejoras de infraestructura y servicios de transporte: una reducción de 1% en los costos internos de transporte ad valorem podría incrementar las exportaciones agropecuarias hasta 7,9%, las de manufacturas 7,8%; y las de minería 5,9%. Los impactos podrían ser especialmente relevantes para reducir las asimetrías inter-regionales en materia de capacidad exportadora; en Perú, por ejemplo, la construcción de nuevas carreteras pavimentadas tendría mayor impacto en los departamentos que conforman las regiones de la Sierra y de la Selva, los cuales figuran entre los que menos exportan. Sus costos internos de transporte se reducirían entre 15% y 40% y las exportaciones aumentarían entre 10% y 23%.


Los costos de transporte son el mayor obstáculo para el comercio exterior de América Latina y el Caribe.


Las áreas donde los costos  de transporte internos son mayores son aquellas que tienen menor participación en las ventas externas de los países.


En Colombia, una reducción de 1% en los costos internos de transporte podría incrementar las exportaciones agropecuarias hasta 7,9%, las de manufacturas 7,8%; y las de minería 5,9%.


Las mejoras en materia de transporte y logística comienzan a figurar con mayor frecuencia en el discurso sobre políticas comerciales, y las iniciativas tanto en el ámbito nacional como regional parecen estar abriéndose camino. Ejemplos de ello son la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana[1] o el Proyecto Mesoamérica[2], los cuales han recibido amplio apoyo por parte del BID.

El problema, al igual que en el caso de los costos de transporte internacionales, es principalmente el déficit de inversión en infraestructura, particularmente en modalidades de transporte alternativas y menos costosas como las vías férreas y fluviales. La insuficiencia no sólo está relacionada con las limitaciones presupuestales, sino también parece haber dificultades para diseñar, evaluar y ejecutar las inversiones en transporte. Esto refleja la falta de capacidades en el sector público, la presencia de procesos de descentralización que no han venido de la mano de contrapartidas fiscales que aumenten los recursos de los gobiernos locales y deficiencias en los respectivos marcos regulatorios. Aún con el estado de situación descripto, los buenos diagnósticos existen, pero persisten dificultades para atraer suficientes recursos financieros, institucionales y de gestión para afrontar los problemas identificados. Se espera que los responsables de la formulación de políticas en la región tengan claro lo que ya es intuitivamente obvio para los exportadores: que invertir en estos recursos en aras de reducir los costos internos de transporte puede arrojar beneficios sustanciales en términos de comercio internacional, al tiempo que se contribuye a mitigar las costosas disparidades regionales.

 

 

 

 

 


 

[1] Ver visualizaciones » Logística integral«, “Institucionalizando la integración” e “Invirtiendo en integración”.

[2] Ver visualización “Red energética”.

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