Los progresos tecnológicos recientes y futuros modificarán profundamente los mercados laborales, tanto por la desaparición progresiva de diversas ocupaciones como por la ampliación de alcance de otras e incluso la aparición de actividades antes inexistentes. Estos cambios pueden alterar las ventajas comparativas y modificar los patrones de inserción a la economía mundial.
Hasta el momento, la automatización del trabajo ha derivado en la sustitución de empleos en actividades rutinarias. Sin embargo, la evolución de la tecnología permite cada vez más reemplazar trabajadores en ocupaciones menos sistemáticas. Algunos ejemplos de ello son el automóvil sin conductor de Google, el sistema automático de reconocimiento facial en fotos de Facebook o el operador virtual que responde consultas en línea para trámites en la Ciudad de Buenos Aires.
Los cambios tecnológicos tendrán un impacto negativo más intenso sobre las actividades que requieren menor calificación y se caracterizan por tener salarios más bajos (Frey y Osborne 2013). Las principales oportunidades corresponderán a las ocupaciones con mayor calificación y mejor pagas. Por ejemplo, para muchas actividades de baja remuneración en las cuales no se necesitan estudios secundarios completos la probabilidad de ser automatizadas es superior a 80%, en tanto que para las ocupaciones que requieren formación de doctorado o equivalente, dicha probabilidad es, en promedio, cercana a 10%.
La automatización de ocupaciones puede alterar las ventajas comparativas y modificar la manera en que la región se inserta internacionalmente, particularmente teniendo en cuenta que muchas exportaciones de bienes y servicios son intensivas en el uso de trabajo de relativamente baja calificación. Por ejemplo, la sustitución de trabajadores por computadoras podría amenazar las exportaciones de call centers, servicios contables, legales o de administración, entre otros.
Actividades donde hay más probabilidad de automatización:
tareas administrativas; producción; ganadería, pesca y silvicultura; cocina y servicios relacionados; limpieza y mantenimiento.
Actividades donde hay menos probabilidad de automatización:
servicios sociales y comunitarios; management; matemática e informática; salud; arte, diseño, entretenimiento, deporte y medios.
Esto constituye una señal de alarma para América Latina, donde la desigualdad es muy elevada pero se ha reducido durante la última década, en parte por la caída en la brecha de ingresos entre trabajadores calificados y no calificados. En consecuencia, para aprovechar las oportunidades y minimizar los riesgos en materia de empleo que surgen de las nuevas tecnologías se requieren políticas de desarrollo de capacidades técnicas, sociales, creativas y empresariales.