BID

Intal Interactivo

Intal50años

Tecnosiembra

La innovación en semillas provocó una verdadera revolución en el campo

Especialización Exportadora
CompetitividadDesarrolloRecursos NaturalesTecnología
Especialización Exportadora
CompetitividadDesarrolloRecursos NaturalesTecnología

Tecnosiembra

La innovación en semillas provocó una verdadera revolución en el campo

La visualización muestra la cantidad de semillas registradas de los principales cultivos por Argentina y Brasil para cada año.

Comenzar
0
ARGENTINA
Nuevas semillas registradas
de cultivos industriales
0
BRASIL
Nuevas semillas registradas
decultivos industriales

Los recursos naturales (RRNN) tienen un fuerte peso para las economías latinoamericanas. Su contribución al desarrollo ha sido históricamente subestimada, entre otras cosas, porque se los asociaba con una baja intensidad tecnológica. Sin embargo, esta percepción se ha ido modificando en los últimos años, a raíz de fuertes cambios en la demanda mundial, las tecnologías y las regulaciones, todos los cuales están impulsando aumentos en la necesidad y oportunidades para innovar en RRNN. Las transformaciones experimentadas por el sector agrícola y otras actividades relacionadas en Argentina y Brasil, son un ejemplo interesante. El sector ha crecido significativamente en los últimos años, y con esta evolución, en la medida que ha involucrado niveles crecientes de innovación, ha arrastrado el progreso y la transformación de actividades claves para el sector como la del desarrollo de semillas. A pesar de la importancia que ha ganado un grupo reducido de empresas multinacionales que proveen soluciones estandarizadas incorporadas en las semillas (como la resistencia a herbicidas) algunas empresas domésticas se han beneficiado significativamente con esta expansión. Sin embargo, para que las oportunidades se sigan aprovechando es necesario el desarrollo de instituciones y políticas que tomen estas nuevas oportunidades que abren los RRNN, y así también los desafíos que se presentan.

Los RRNN tienen un fuerte peso en la estructura económica de la mayor parte de los países de América Latina y el Caribe.[1] Explican, en promedio, alrededor del 70% de las exportaciones de los países de la región. No obstante, por varios motivos, éstos han sido considerados tradicionalmente sectores con bajo potencial para contribuir al desarrollo económico. Dos argumentos prevalecen en la región para cuestionar los RRNN: (i) que tienen bajo potencial de progreso tecnológico relativo a otros sectores como las manufacturas, y (ii) que operan como enclaves, esto es, con escasos vínculos con el resto de la economía. El enfoque de política económica utilizado tradicionalmente ha sido emplearlos como fuente de rentas y divisas para el apoyo al desarrollo de otros sectores, como las manufacturas, considerados con mayor potencial para contribuir al crecimiento económico y al empleo de la población urbana.

Sin embargo, en los últimos años, importantes transformaciones de demanda y tecnológicas están cambiando esta visión, y han llevado a muchos investigadores y hacedores de política a replantearse el rol que los RRNN pueden cumplir en el desarrollo. Por un lado, la demanda de RRNN se ha incrementado significativamente y se está segmentando, con importantes premios para diferenciación y calidad, y esto está aumentando los incentivos para las inversiones en innovación en RRNN. Por el otro, la difusión de nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y más recientemente los avances en el conocimiento asociados a la biología y los nuevos materiales, dos áreas de conocimiento fuertemente vinculadas a los RRNN, están abriendo nuevas oportunidades tecnológicas que los productores están tomando. Ejemplos claros del aprovechamiento de estas oportunidades son el uso de tecnologías de la información para medir la calidad de los materiales y el uso de herramientas de la biotecnología para el desarrollo de procesos mineros limpios.

Estas transformaciones debilitan la noción de que los RRNN son lowtech y operan como enclaves. Los cambios experimentados en el sector agrícola en Argentina y Brasil son un claro ejemplo de estas transformaciones.[2] El sector se expandió significativamente en los últimos años, impulsando un fuerte crecimiento en la innovación en semillas.

 

2% y 11% Crecimiento de producción de nuevas variedades de semillas en Argentina y Brasil
1999-2013
4% y 6% Crecimiento de producción agrícola en Argentina y Brasil
1999-2013
48% Participación de firmas locales en producción de nuevas semillas
1979-2013

Las semillas mismas se han transformado significativamente. Hasta hace poco éstas eran un bien cuasi público y cuasi natural; y eran mejoradas por los mismos agricultores y las agencias públicas. En los últimos años, en asociación a los cambios fuertes en la base de conocimiento (por ejemplo, en biología molecular), la demanda y las regulaciones, las semillas se han convertido en bienes privados con un alto contenido tecnológico. Los proveedores de semillas tecnológicamente más avanzadas, en base a fuertes inversiones en I&D, se dedican a desarrollar servicios tecnológicos contenidos en estos insumos. Por ejemplo: resistencia a enfermedades o pesticidas y adaptación a nuevas condiciones climáticas, entre otros, los cuales son registrados y vendidos a otros productores de semillas o agricultores que pagan por estos servicios. En Argentina y Brasil el avance innovativo y las cantidades obtenidas en cultivos industriales han crecido en forma simultánea (visualización).

Un rasgo interesante de este proceso de transformación es la importancia que han adquirido las compañías domésticas para el mejoramiento de semillas en la región. Para ambos países, especialmente Argentina, la contribución de firmas domésticas ha sido crucial para el desarrollo de nuevos tipos de semillas, las que abastece no solo el mercado local sino también el regional: Don Mario, una empresa argentina, tiene una participación del 35% en el mercado de semillas de soja de América Latina.

Nuestra región, históricamente competitiva en RRNN, se enfrenta ante una oportunidad inmejorable de sacar mayores beneficios de estos recursos. Si bien algunos países ya empezaron a materializarlos, es necesario generalizar esta iniciativa en toda la región, y sobre todo, generar las instituciones y políticas económicas necesarias para poder optimizar el provecho de la innovación en el sector.

 


 

[1] Véase visualización “Hecho en Latinoamérica«.

[2] Estos incluyen entro otros una profunda intensificación agrícola, incorporación de nuevas tecnologías como la siembra directa, la difusión de nuevas formas organizacionales, como los pooles de siembra, y la estructura en red.

Facebook Twitter Google+ Email