Las herramientas de estadística y analítica, que han sido ampliamente explotadas por sectores comerciales durante muchos años, son hoy igualmente valiosas para administraciones públicas que deseen aumentar la eficacia de su trabajo, reducir costos y orientar mejor los recursos.

Especialmente cuando hablamos de servicios digitales, son casi infinitos los indicadores que pueden obtenerse de uso de cada herramienta. Con una idea clara de los objetivos de cada proyecto, estos indicadores pueden ser una valiosa herramienta para evaluar el desempeño y -como tantos otros datos- tienen el potencial de ser abiertos para permitir a terceros el análisis en busca de errores, ineficiencias o espacios de mejora.

Un proyecto de servicio público abierto al día de hoy, puede tener desde su nacimiento (incluyendo un proceso de co-creación) una serie de indicadores y datos asociados que permitan mejoras incrementales pero también transformaciones radicales en la forma en la que los ciudadanos hacen uso y se relacionan con éste.

Vale aclarar también que cuando se habla de impacto y evidencia no debemos limitarnos a pensar en el ámbito de Internet. Desde medidores inteligentes de consumo eléctrico hasta el análisis de flujos de personas a través de cámaras de circuito cerrado, las posibilidades de obtener datos son cada vez mayores y abarcan casi todos los ámbitos de lo público.