Big Data para la gobernanza:
¿Cómo los datos puede transformar tu vida en
Buenos Aires?
Hay una promesa sobre nuestro futuro: ciudades con un alto crecimiento económico y calidad de vida, donde la revolución digital permite que la gente participe de manera activa en la construcción de políticas públicas y se gestione la riqueza ambiental de manera efectiva e inteligente.
Todas las ciudades tienen la capacidad de usar los datos para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Sin embargo, el tipo y escala de los proyectos que pueden implementar de manera exitosa dependerá de su nivel de “maduración” en el uso de datos; es decir, qué tanta experiencia previa tienen en obtener, analizar e interpretar información para su gobernanza.
Los investigadores Anthony Townsend y Patricio Zambrano Barragán del Banco Interamericano de Desarrollo implementaron un “modelo de maduración” que considera 5 factores para determinar el avance de una ciudad en el uso de datos masivos.
En varias ciudades del mundo ya empiezan a observarse estos cambios a través del uso de herramientas Big Data. En Nueva York se utiliza información de múltiples fuentes para determinar zonas de alto riesgo de incendios para dirigir sus recursos a ellas. En Brasil, en conjunto con la compañía Waze, se analiza en tiempo real millones de registros para hacer análisis de tráfico y con base en eso mejorar el diseño vial.
lgunos organismos como el Banco Mundial y la ONU estiman que el uso de la Big Data incluso podría apoyar a los gobiernos a confrontar los principales retos al desarrollo. En particular, ven el potencial de utilizar dicha tecnología para predecir crisis socio-económicas como hambrunas antes de que ocurran a partir del análisis masivo de información. Con un conocimiento anticipado de una situación, podrían dirigir recursos para prevenirla o mitigar sus peores consecuencias.
América Latina y el Caribe poco a poco se suma a la vanguardia en este tema. Cada vez es más frecuente que emerjan iniciativas que buscan aprovechar a los datos como una herramienta para la toma de decisiones de gobierno en zonas urbanas.
¿Por qué hacerlo? La gobernanza urbana a partir de datos permite incrementar la transparencia, mejorar eficiencia y fomentar innovación continua.
En torno a la transparencia, estas nuevas tecnologías pueden facilitar la rendición de cuentas de los gobiernos sobre su desempeño en cumplir objetivos de desarrollo social. El Urban Institute, un centro de investigación sobre ciudades, considera que la Big Data podrían ser instrumental para identificar comunidades que carecen acceso a agua potable, censar asentamientos ilegales, y fomentar la toma de decisiones basadas en prioridades sociales en vez de posiciones de influencia política.
Otro uso de estas nuevas tecnologías es incrementar la eficiencia operativa de los gobiernos. Mediante un mejor análisis de la información, se puede optimizar la provisión de servicios públicos y el uso de recursos fiscales. Estos cambios pueden traer grandes beneficios sociales y económicos. Por ejemplo, la firma de análisis de negocios Mckinsey estimó que los países de la Unión Europea podrían recaudar entre 200 y 400 mil millones de dólares adicionales cada año cuando utilizan el Big Data para detectar errores y fraude en el reporte de impuestos.
+ USD 200.000 M y USD 400.000 Madicionales cada año en impuestos
Las ciudades también pueden beneficiarse de la Big Data por su capacidad para fomentar la innovación continua. Los gobiernos tienden a administrar sistemas complejos como el transporte público o los sistemas de salud que suele ser costos o difícil mejorar por su dimensión. Estas nuevas tecnologías pueden apoyar un proceso de mejoras graduales y continuas sin las restricciones de costo, acceso y disponibilidad de información que otro tipo de cambios requieren.
Estos beneficios han dado paso a que cada vez exista más interés por implementar iniciativas que utilicen la Big Data en la toma de decisiones. Sin embargo, el costo y dificultad de su aplicación han limitado su expansión en muchas ciudades.
La tecnología actual todavía tiene límites en su capacidad de captura y análisis de información de manera autónoma. Esto causa que el alcance de los datos sea limitado, que su costo sea alto y que se requiera de un personal especialmente capacitado para interpretar y hacer uso de la información. En algunos casos el mal uso de esta tecnología puede llevar a un análisis pobre o manipulación de datos que genere políticas públicas deficientes.
Estas restricciones, sin embargo, no han limitado la capacidad creativa de las ciudades en América Latina para implementar soluciones efectivas y de alto impacto que hacen uso de la Big Data. En particular, en Argentina y en Brasil hay cuatro casos que pueden servir como un modelo de implementación de este tipo de estrategias para otras ciudades del continente.